Cuando Jesús fue a hacer lo que conocemos como su entrada triunfal,
mandó a sus discípulos a buscarle un pollino, un asno. Y no podía ser cualquier
asno, sino uno en específico. Cuando Dios mandó a buscar a aquel pollino, les
dijo a los discípulos exactamente dónde lo iban a encontrar. Les dijo: Vayan
por este lugar y, cuando lleguen a tal camino, allí, en aquel lugar, va a haber
un pollino que va a estar atado; desatadlo y traédmelo y, si alguien pregunta,
díganle que el Señor lo necesita. Y la Biblia nos dice que, cuando ellos fueron
a buscarlo, efectivamente, alguien preguntó qué iban a hacer con él, y los
discípulos hicieron exactamente lo que Dios les mandó a hacer.
La gente que va a bendecir tu vida son los que hacen lo que Dios les
dice, y lo hacen exactamente como Dios les dice.
Los discípulos llegaron hasta aquel lugar porque Dios sabía exactamente
dónde estaba aquel pollino. Dios sabe exactamente en el lugar donde tú te
encuentras, no solo en el lugar que te encuentras físicamente, Dios también
sabe el lugar específico espiritual en que tú te encuentras y, cuando Dios te
manda a buscar y te deja saber que te necesita, Dios sabe exactamente en qué
lugar tú estás parado.
Cuando leemos esta historia, pensamos que el pollino estaba guardado,
pero la Biblia no dice que estaba guardado, la Biblia dice que estaba frente a
un recodo, que no es otra cosa que una intersección. Cuando tú sabes a dónde tú
vas, puede haber veinte direcciones, pero tú sabes por dónde te tienes que ir.
Hay gente que piensa que, porque se encuentran parados en unas
encrucijadas en su vida, quizás, Dios no se acuerda de ellos; porque se
encuentran en un momento donde no saben si doblar a la derecha o a la
izquierda, creen que Dios no se acuerda de ellos. Hay gente que llegó a la
iglesia cuando estaban muy bajo para estar alto y muy alto para estar bajo; hay
personas que llegaron cuando estaban muy a la derecha para moverse a la
izquierda, pero demasiado a la izquierda para moverse a la derecha. Hay veces
en nuestra vida donde nos encontramos en situaciones que no sabemos si ir a la
derecha o a la izquierda, si arriba o abajo, en qué dirección tenemos que
movernos, y esos son los momentos donde Dios se apresta a encontrarse con
nosotros.
Hay personas tan decididas que tú les puedes preguntar dónde se ven en
cinco años y ellos te pueden decir claramente a dónde van, pero hay personas
que ellos mismos no saben dónde están parados. Pero, aunque ni siquiera tú
sepas dónde estás parado, Dios conoce exactamente dónde tú estás parado, y
conoce todo acerca de ti. Salmos 139 dice que Él conoce tu sentarte y tu
levantar, que conoce tu caminar, y que conoce tu descansar. El Salmos 139 dice
también que, de lejos, Él conoce cada pensamiento que hay en ti.
A veces, se nos hace difícil pensar hacia dónde vamos a ir. Por eso es
importante que entendamos que Dios te necesita y, si Dios te necesita, Él se va
a encargar de desatarte. No importa el lugar dónde te encuentres parado, Dios
va a llegar hasta allí y le va a dar dirección a tu vida. Dios está dispuesto a
sacarte de cualquier situación y usarte para darle propósito a tu vida.
No importa dónde tú te encuentres, Dios sabe dónde buscarte y de dónde
sacarte. Te puedes estar preguntando cómo Dios te va a usar a ti, cómo puedes
servirle a Dios, qué puedes hacer que haga una diferencia; Cristo busca algo
insignificante y lo hace extraordinario. Tienes que entender que tú pones lo
ordinario, y Cristo pone lo extra.
Todo lo que aquel pollino hizo fue hacer que Cristo se hiciera visible
ante la multitud. Dios te va a usar para hacerse visible a la multitud; Dios te
va a usar para que tú hagas la diferencia y Su poder sea visible a la multitud;
Dios te va a usar para que, cuando todos los que estén a tu alrededor estén en
problemas financieros, tu prosperidad sea visible a la multitud; Dios te va a
usar para que, cuando tú estés enfermo, la sanidad divina manifestándose en tu
cuerpo sea visible a la multitud; Dios te va a usar para que, cuando otras
familias estén en problemas, tu familia sea visible ante la multitud.
Dios te necesita para levantar a Cristo, en medio de la multitud.
Tú eres importante para Dios. Hay cosas pequeñas que Dios hace grandes
y, si tú te ves pequeño, Dios te puede hacer bien grande, porque Él te necesita
para que hagas Su gloria visible.
Saca tu vista de lo que tú necesitas de Dios y pon tu vista en lo que
Dios necesita de ti. Tú sabes dónde estabas y sabes de dónde Dios te sacó. No
pienses que Dios te sacó y te va a dejar sin hacer nada. Y lo más grande es que
Dios lo va a hacer ahora, porque Él necesita de ti.