El yo es la parte del hombre donde,
se toman decisiones, tanto físicas como morales. Dios ha creado al hombre con
un libre albedrío que le permite decidir en cuanto a lo que va a hacer, decir,
o creer. Así que no es correcto decir que el centro moral del hombre reside en
la "legitimidad yo". Cada persona tiene el derecho y la responsabilidad
de elegir por sí mismos de lo que van a depender, lo que van a hacer, o lo que
van a creer. Las decisiones que tomamos están influenciadas en gran medida por
aquellos que tienen acceso a nuestros corazones y mentes. Por lo que cualquier
persona puede ser influenciada, ya sea positiva o negativamente, hacia lo
correcto o hacia lo equivocado. Junto con las voces que influyen el yo, están
esas que son comunes a la naturaleza humana, el instinto de conservación,
autoengrandecimiento, el posicionamiento de la auto promoción del yo,
prosperidad del yo, y el placer del yo. Entonces Cristo viene y dice que cada
uno de nosotros debe negarse a sí mismo. Él enseña que el Creyente debe morir a
sí mismo y que sólo hay un lugar apropiado para el yo y que es estar muerto y
oculto "en Él." Como cristianos hemos de experimentar la negación de
nosotros mismos y vamos a ser siervos de los demás. En vista de todo esto sólo
tengo una cosa que decir: "¡Ayúdame Espíritu Santo!
Colosenses 3:3 Porque habéis muerto,
y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
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