viernes, 8 de mayo de 2015

Sus sueños serán tus sueños


“Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño y cerró los ojos” Isaías 29:10
Marcos era el hijo de un humilde entrenador de caballos. Su padre ganaba muy poco dinero y solo podía cubrir las necesidades básicas para mantener a su familia y enviar al niño al colegio. En la escuela el profesor les pidió a sus alumnos que escribieran cómo querían que fuese su vida cuando fueran adultos.
Marcos escribió siete páginas, esa noche, en la que describía su meta. Relató su sueño con mucho cuidado, detallando los pormenores e incluso dibujó un plano de todo el proyecto. Él deseaba una gran extensión de terreno donde tener una vivienda, establos para los caballos, corrales para diversos tipos de animales y tierras dedicadas a la siembra y a la ganadería.
Después de trabajar en su tarea varias horas, con ánimo de ganador, se lo entregó a su profesor al día siguiente. Dos días más tarde, recibió de vuelta su trabajo reprobado. Marcos, muy enojado, fue a ver a su profesor y antes de que éste dijera nada, le preguntó: ¿Por qué usted me reprobó? Respondiendo su profesor dijo: Creo que lo tuyo es un sueño imposible de concretar; no tienes recursos y tu familia es muy pobre para lograr lo que quieres, necesitarías mucho dinero. Creo que es un proyecto millonario, que no estás en condiciones de lograr. Quiero que revises tu trabajo y consideres algunos aspectos más realistas; tómate unos días, regresa con uno nuevo y reconsiderare tu nota.
Regresando a su casa pensó mucho tiempo en el asunto, consultó con su padre. Éste con mucha sabiduría, le respondió: Mira, hijo, tienes que decidir por ti mismo. Mi consejo es que consultes a Dios, si tu sueño está dentro de Su voluntad, nadie en este mundo va a impedir que se haga realidad lo que te has propuesto.
Marcos regresó a la escuela, con el mismo proyecto, se lo entregó al profesor y le dijo: “Usted puede quedarse con mi mala nota, yo me quedaré con mi sueño”.
Un sueño sumado a la voluntad de Dios, siempre es realizable, por más alocado que éste te parezca. Entrégale a Dios lo que tu corazón desea y que nada ni nadie impida que puedas creer que Él hará real cada sueño, su voluntad es tan perfecta que tu sueño será perfeccionado y al final será Dios cumpliendo su sueño en ti.
Te animo a que hoy tomes esa decisión de luchar, perseverar por los sueños que Dios ha puesto en ti y El se hará cargo del resto.
Recuerda que un sueño es difícil de concretar solo cuando muere el soñador, ¡así que vive por el sueño que Dios tiene para ti!
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.” 1 Juan 5:14


Hay poder curativo disponible en el nombre del Señor Jesús.


La Biblia dice que Él cargó con nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. Estas palabras hebreas usadas en Isaías 53 no se utilizan en conexión con el pecado. Ellas siempre se utilizan en referencias directas a la sanidad del cuerpo (dolores) o la curación del alma (pesares).Esto significa que si usted necesita una curación en su cuerpo, pida al Señor que le toque basado en el precio que Jesús pagó en el Calvario. Esta curación no se limita a los efectos nocivos de afecciones o enfermedades en el cuerpo sino que se extiende también al corazón, las emociones del hombre. Jesús dijo que el Espíritu del Señor le ha ungido para sanar a los quebrantados de corazón y para poner en libertad a los que han sido golpeados. ¿Se ha roto su corazón? ¿Es oprimida su mente? ¿Impotencia y desesperanza han estado a la orden del día por mucho tiempo? Entonces, vaya al Padre en fe. No permita que su fe repose sobre su confesión religiosa o la arrogancia, sino en la obra terminada de Cristo. Acérquese al trono audazmente con humildad y confianza. Los días en que Jesús cura la necesidad de la humanidad están lejos de terminar. ¡Solo pregunta!

Éxodo 15: 26b - "... porque yo soy Jehová tu sanador."

EL plan de redención de Dios

Enclavarse en el marco del plan de redención de Dios es todo lo que cualquier persona puede necesitar experimentar en la vida ahora y para siempre. Para tener acceso a lo que Dios ha reservado se requiere un corazón humilde y un oído que oye. La revelación del Espíritu de Dios trae el conocimiento que es mucho más valioso que los elementos y chucherías de mal gusto que la mayoría de los hombres desean o persiguen. El Espíritu de Dios desea revelarnos los beneficios preciosos contenidos en nuestra salvación. Estos beneficios comienzan con la libertad de la pena y el poder del pecado. Dios ha preparado esta libertad para todo creyente. Él desea para nosotros que recibamos una libertad, una paz y una alegría que es inalcanzable en otro sitio o a través de cualquier otro medio. No hay que mirar sólo lo que Dios ha hecho en relación con las bendiciones de nuestro futuro eterno. Pero debemos entender que lo que Él ha preparado para nosotros en esta vida presente en este tiempo es mucho más que nuestras mentes finitas pueden comprender o siquiera imaginar. Así que empecemos pidiendo a Dios la sabiduría, el conocimiento, y la revelación de los beneficios de la Cruz. ¡Hay mucho más allí de lo que parece natural!

1 Corintios 2:9-10 - Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.

Estar desalentado


Es una afección común entre los cristianos. Tal vez esto se debe a que nos vemos afectados fuertemente por las fuerzas espirituales que nos rodean. El Espíritu Santo siempre vendrá al lado y ayudará a levantar las cargas de esta vida. Por otra parte, los poderes de las tinieblas libran continuamente una guerra invisible contra nosotros. Tenemos la sensación de esta batalla en el mundo espiritual y esta puede afectar nuestra estabilidad emocional. Un momento podríamos estar en el séptimo cielo, sintiendo como si pudiéramos apagar todos los dardos de fuego del enemigo. ¡Nos regocijamos, somos fuertes, somos victoriosos! Entonces alguien nos dice una palabra y colapsa nuestro mundo entero. Elías experimentó este fenómeno. En un momento está experimentando la gran victoria sobre los falsos profetas en el monte Carmelo. Al día siguiente, huye, temiendo por su vida. ¡Qué tan rápido nos movemos de una meseta de la emoción a la siguiente. La fe debe ser nuestra gran estabilizador! Cuando experimentamos el desánimo, el miedo, o la decepción veamos a Dios por la gracia y la fuerza. Cuando usted se sienta desanimado, deje que su fe suba recordándole a la mente la fidelidad de Dios en tiempos pasados y manténgase firme.

Josué 1: 9 – Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.

lunes, 4 de mayo de 2015

Tu Protector



El rey Balac, vio entrar a los hijos de Israel y tuvo miedo, llamó a los ancianos de Madián y les pidió que enviara mensajeros que trajeran a Balaam. El rey quería que maldijera al pueblo de Israel.
En principio Balaam no se oponía, pero pidió que se le conceda el plazo de una noche para conocer la voluntad de Dios acerca de este pedido. A la mañana siguiente, Balaam les notifica que Dios se opone a su partida y que, por consiguiente, no podía acompañarlos. Entonces Balac envía otra comisión, más numerosa y que le insta para que los acompañe a Moab a fin de maldecir a Israel, prometiéndole que el rey le colmaría de honores. Dios habló a Balaam de noche y finalmente le autorizó a que fuera con ellos, a condición de que no hiciera más de lo que Él mismo le dijera.
Cuando llegó a Moab, Balaam construyó siete altares y pidió a Dios que maldijera a Israel. Dios contestó que los bendeciría. Balaam construyó siete altares adicionales en un lugar distinto. La respuesta era la misma. La tercera vez Balaam se fue a un tercer sitio. Balaam construyó siete altares más. Aún Dios se decidió a bendecir a Israel.
Balac, el rey, estaba enfurecido y dijo: ¡Yo te llamé para maldecir a mis enemigos! En cambio, los has bendecido tres veces. ¡Fuera de aquí ahora mismo! ¡Vuelve a tu casa! Te prometí una generosa recompensa, pero el Señor te ha impedido que la recibieras. Y en respuesta Balaam le dijo a Balac: ¿No recuerdas lo que expliqué a tus mensajeros? Dije: “Aunque Balac me diera su palacio repleto de plata y oro, no podría hacer absolutamente nada en contra de la voluntad del Señor”. ¡Te advertí que únicamente podría decir lo que el Señor me dijera! (Números 22-24 NTV.)
La voluntad de Dios no era maldecir a su pueblo, Israel, aunque tuvo muchos motivos por sus constantes quejas en el desierto, por el agua, el maná, la idolatría; pero Dios había prometido a su pueblo sacarlos de la esclavitud de los Egipcios y no podría ir en contra de su palabra como nos dice 2 Timoteo 2:13 (NTV) “Si somos infieles, él permanece fiel, pues él no puede negar quién es.”
También Balaán pudo maldecir al pueblo de Dios y recibir la recompensa de parte del rey, pero no lo hizo, porque las fuerzas del mal no pueden prevalecer en malos propósitos contra quienes están bendecidos por el Señor.
Dios tenía un propósito para este pueblo, como lo tiene para cada unos de sus hijos, somos su especial tesoro, los guardó del mal y nosotros también gozamos de ese privilegio.
Ten el pleno convencimiento que tu Padre celestial te está protegiendo, en todo tiempo, aunque no lo veas. Puede que haya personas que desean tu mal y se junten para confabular acerca de como dañarte, pero El está moviendo circunstancias a tu favor, porque te ama y tiene un pacto contigo, te sacará del desierto para llevarte a los valles que tiene preparado. Te librará de peligros, por lo cual puedes caminar por la vida en la seguridad de saber

El dinero no lo es todo


Y les dijo: “Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. Lucas 12:15
Un dignatario se le aceró a Jesús y le preguntó: - Maestro ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Jesús le dijo: Guarda los mandamientos. “No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.”
Él le dijo: - Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
Al oír esto, Jesús le dijo: - Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste porque tenía muchas posesiones.
Posiblemente te encuentras en la misma situación que ésta persona y no sabes si seguir a Dios y obedecerlo o seguir luchando y trabajando por alcanzar tus metas personales y profesionales. Déjame decirte que nada tiene más valor que servir a Dios y hacer su voluntad, por experiencia propia puedo decirte que no hay cosa más gratificante en la vida que poder ser usado(a) por Dios para bendecir a otras personas.
Posiblemente no tengas todo lo que desees, pero te aseguro que tendrás todo lo que necesites, porque Dios tiene planes de bien para tu vida y promete jamás te desampararte.
Recuerda que Dios a quien llama, capacita. En ningún momento sientas que no estás preparado(a), que eres muy joven o muy mayor para trabajar en su obra. No permitas que nada te impida cumplir el propósito con el cual fuiste creado(a). Lo que Él ve es tu corazón y la disposición que hay en ti para servirlo. Todo lo demás lo recibirás por gracia.
Ya no sigas retrasando tu bendición, decídete seguir a Jesús y Él se encargará de conceder los anhelos de tu corazón.

Pues el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas. 1ª Timoteo 6:10 (NTV)

Actitudes cristianas


Hebreos 13:1-19 DHH

No dejen de amarse unos a otros como hermanos. No se olviden de ser amables con los que lleguen a su casa, pues de esa manera, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles.  Acuérdense de los presos, como si también ustedes estuvieran presos con ellos. Piensen en los que han sido maltratados, ya que ustedes también pueden pasar por lo mismo.  Que todos respeten el matrimonio y mantengan la pureza de sus relaciones matrimoniales; porque Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.  No amen el dinero; conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré ni te abandonaré.» Así que podemos decir con confianza: «El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre?»  Acuérdense de quienes los han dirigido y les han anunciado el mensaje de Dios; mediten en cómo han terminado sus vidas, y sigan el ejemplo de su fe.  Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. No se dejen ustedes llevar por enseñanzas diferentes y extrañas. Es mejor que nuestros corazones se fortalezcan en el amor de Dios que en seguir reglas sobre los alimentos; pues esas reglas nunca han sido de provecho.  Nosotros tenemos un altar, del cual no tienen derecho a comer los sacerdotes del antiguo santuario. Pues el sumo sacerdote lleva la sangre de los animales al santuario, como ofrenda para quitar el pecado, pero los cuerpos de esos animales se queman fuera del campamento. Así también, Jesús sufrió la muerte fuera de la ciudad, para consagrar al pueblo por medio de su propia sangre. Vayamos, pues, con Jesús, fuera del campamento, y suframos la misma deshonra que él sufrió. Pues en este mundo no tenemos una ciudad que permanezca para siempre, sino que vamos en busca de la ciudad futura. Por eso debemos alabar siempre a Dios por medio de Jesucristo. Esta alabanza es el sacrificio que debemos ofrecer. ¡Alabémoslo, pues, con nuestros labios! No se olviden ustedes de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen; porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios.  Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos, porque ellos cuidan sin descanso de ustedes, sabiendo que tienen que rendir cuentas a Dios. Procuren hacerles el trabajo agradable y no penoso, pues lo contrario no sería de ningún provecho para ustedes.  Oren por nosotros, que estamos seguros de tener la conciencia tranquila, ya que queremos portarnos bien en todo. Pido especialmente sus oraciones para que Dios me permita volver a estar pronto con ustedes.