martes, 20 de octubre de 2015

REFLEXIÓN: SIETE PASOS PARA RECIBIR SANIDAD DE TU ALMA


1) Traer a memoria las experiencias que produjeron el trauma y los sentimientos negativos.
2) Renunciar a esos sentimientos negativos nombrándolos por su nombre (Temor, etc.)
3) Perdonar de todo corazón, mencionando la persona por nombre y el daño que hizo.
4) Pídele perdón a Dios por todo sentimiento negativo y perdónate a ti misma confesándolo con tu boca. Romanos 10,10 « porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.»
5) Reconoce y confiesa que Jesús sufrió todas las heridas de tu alma y murió en la cruz llevándolas por ti.
 6) Cree que en este momento el ungüento del Espíritu Santo esta sanando tus heridas. Marcos 11,24 « Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá »

 7) Dale gracias a Dios por tu sanidad y alábale. Salmos 139,5 « Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. 

Chequeo Médico



Fui a la clínica del Señor Jesús para hacerme un chequeo de rutina. Yo me sentía bien, pero para mi sorpresa, me diagnosticó algunos problemas de salud espiritual. Cuando Jesús me tomó la presión, vio que estaba bajo de ternura. Al tomarme la temperatura, el termómetro registró 40º de ansiedad. Me hizo un electrocardiograma y me dijo que necesitaría hacerme un bay pass de amor, porque mis arterias estaban bloqueadas de soledad y no abastecían mi corazón vacío. Pasó a revisarme las piernas y los brazos, ya que no podía caminar al lado de mi hermano y tampoco podía dar un abrazo fraternal porque me había hecho daño al tropezar con la envidia. También me encontró miopía porque no podía ver más allá de las cosas negativas de mi prójimo. Cuando le dije que no podía oír bien, Jesús me diagnosticó que el problema era que había dejado de escuchar su voz cada día. Por todo esto, Jesús me dio las siguientes instrucciones: Al levantarme, en ayunas, beber un vaso de agradecimiento… Antes de llegar al trabajo, tomar una cucharada de paciencia… Cada hora, ingerir un comprimido de paciencia y unas gotas de mansedumbre… Al llegar a casa, inyectarme una dosis de amor… Y antes de acostarme, tomar dos cápsulas de arrepentimiento para limpiar mi conciencia… “No te deprimas ni te desalientes, ante lo que estás viviendo hoy. Dios sabe perfectamente cómo te sientes, sigue su voluntad y sus propósitos y tendrás un corazón lleno de gozo"

LA PRESENCIA DE DIOS, ES NUESTRA SEGURIDAD

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“Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos”. (Éxodo 33:12b) PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 27:10 Cada día tenemos la oportunidad de descubrir que la oración es uno de los privilegios más significativos que Dios nos da; mediante ella, descubrimos el cuidado amoroso de Dios que comenzó desde antes de la fundación del mundo, desde que tuvo nuestro nombre en memoria, hasta la eternidad. La única ayuda segura es la que viene de Dios, y su cuidado se prolonga más allá de la existencia terrenal. Alguien dijo: «Si estamos seguros en Cristo, no importa los riesgos que corramos en la vida. Los que se sienten inseguros nunca se arriesgan al fracaso. En cambio, los que se sienten seguros son sinceros y lo reconocen cuando sucede; buscan ayuda y lo intentan de nuevo. Ellos pueden cambiar». Para cada dificultad del hombre hay una gracia especial de Dios; en otras palabras, podríamos decir que para cada necesidad hay un recurso sobrenatural; para cada problema, una respuesta; para cada herida, una medicina; para cada debilidad, un aliento; y para cada confusión, una guía verdadera. Si entendemos esta verdad, nuestras vidas serán diferentes. Jeremías dice: “¡Oh Señor Jehová! He aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti” (Jeremías 32:17). Para muchos no es fácil confiar de esta manera, pero cuando vemos siervos de Dios que alcanzaron victorias imposibles, sabemos que también nosotros lo lograremos: «Al que cree, todo le es posible» (Marcos 9:23). Confiemos en Dios y cuando nos asalten dudas acerca de lo que Él puede hacer por nosotros, podemos ir a su presencia, buscar la revelación de su Santo Espíritu a través de la oración y su Palabra y entonces, se acallarán nuestras dudas y se disiparán nuestros temores. «En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación. El solamente es mi roca y mi salvación» (Salmo 62:1-2b). HABLEMOS CON DIOS “Amado Señor, qué hermosa bendición es tu Presencia en mí. Gracias porque entiendo que cada día, tienes reservadas hermosas bendiciones para mi vida. Entiendo que detrás de cada dificultad estás ocultando una oportunidad para hacerme crecer integralmente, por eso te pido que me ayudes a recordar siempre quién soy y cuál es mi propósito en la vida. Amén”.

martes, 6 de octubre de 2015

porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Lucas 12.7-Juan1.12 Nunca des por obvia mi íntima cercanía. Maravíllate por lo hermoso de mi continua Presencia contigo. Aun la persona que más te amé puede no estar contigo siempre. Ni puede conocer las intimidades de tu corazón, mente y espíritu. Así pasa contigo: hasta los cabellos de tu cabeza están contados. Tú no tienes que hacer nada para revelarte ante mí. Muchos se pasan la vida entera o se gastan una fortuna buscando a alguien que los entienda. Pero yo estoy libremente accesible a todos los que invocan mi nombre, que abren sus corazones para recibirme como su salvador. Este acto de fe sencillo es el comienzo de una historia de amor llamada a durar toda la vida. Yo, el que ama tu alma, te entiende perfectamente y te ama eternamente. Rom. 10.13

SI SE TRATARA DE MÍ. YO APELARÍA DIOS

Job 5:8-9 Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendaría a él mi causa; El cual hace cosas grandes e inescrutables, Y maravillas sin número;
Busca la presencia de Dios y en ella podrás hallar la verdadera solución a todos tus problemas, pon delante de él tu causa, tu situación, todo aquello que te aflige y te quita la paz, entonces él tomará tus asuntos y les dará orden y respuesta porque Dios es el único que hace cosas inescrutables y maravillas que no tienen fin, por lo tanto si hoy encomiendas tu situación al señor, él mismo hará maravillas sin número en tu vida y tus problemas se convertirán en victorias.
Declara hoy: Encomendaré mi causa delante de Dios y él hará con ella maravillas sin número en mi vida. En el nombre de Jesús. Amén

NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN



 “Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”. (Hebreos 10:38-39) La salvación es para todo el mundo, la invitación a disfrutar de la gracia, misericordia y perdón de Dios está a disposición de todo aquel que desee, recibirla, no es por méritos o por obras, es un regalo, un don de Dios. Junto a este gran obsequio, está el requisito de iniciar una vida diferente, de esforzarnos en agradar el corazón de Dios, de seguir el ejemplo de Jesús y no dejarnos llevar por la corriente de este mundo que se desborda en su deseo que hacer lo malo, ignorar la ética y valores, pero sobre todo; ignorar a Dios. Es precisamente en este punto en donde a muchos el evangelio y la dadiva de Dios deja de parecerles atractiva, seguramente si el seguir a Dios, no fuese por medio de un camino estrecho, muchos transitarían por él, pero la realidad es que aunque el seguir a Jesús es la única diferencia entre la vida y la muerte (literalmente), a la hora de empezar a vivirlo muchos retroceden. Estas personas no abandonan la senda de la vida porque hayan conocido otra verdad, no, ellos saben que no hay verdad fuera de la que han entendido y experimentado, ellos se alejan porque no desean pagar el precio. No estamos hablando de este tema con el fin de señalar a ninguna persona en particular, de ninguna manera, lo hacemos para que podamos identificar aquello que nos está alejando de la vida eterna y nos está dirigiendo a una muerte segura, no importa que tan atractivo se ve, dice la palabra que su fin es muerte. Dios nos invita a ser parte de los que no retroceden, de los que caminan en Fe y vencen, para recibir la corona de Vida. Si bien es cierto que el camino parece difícil, la recompensa lo vale. Debemos poner todo en balanza, realmente el recibir el desprecio de nuestros familiares, el rechazo de una sociedad y la mirada burlona de muchos, no es nada agradable, pero volverse atrás, renunciando a la gracia, conformándose con cosas pasajeras y dejándose llevar por los deleites de este mundo que sólo nos llevan a una vida de perdición, no puede ser la mejor opción. Asegúrate de ser parte de los que no retroceden y se auto condenan al juicio e ira de Dios, sigue adelante, no importa la oposición, vale la pena. Seguramente vas a enfrentar vientos fuertes, burlas, cansancio y hasta desanimo, pero volver atrás no puede ser una opción, volver atrás es firmar tu sentencia, renunciar es morir. Nosotros somos de los que avanzamos en Fe, de lo que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece, de los que nos aferramos a la cruz y soportamos cualquier tempestad. Nosotros somos los que esperamos la promesa y el gran galardón, vale la pena, no vamos a retroceder. Hebreos 10: 35 “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón”.