“El da esfuerzo
al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas”. (Isaías 40:29).
Hay momentos en la vida en que pensamos que se han agotado nuestras
fuerzas, que nada podrá levantarnos y que no podremos superar las dificultades;
sin embargo, el que conoce y confía en Dios, tiene la oportunidad de renovar
sus fuerzas, y de multiplicarlas aun cuando éstas se hayan extinguido. El que
confía en Dios, toma la vida con una actitud de triunfador: * Sabe que todo lo
que emprende va a salir bien * Desarrolla audacia y actitud emprendedora para
no dejarse desviar de la meta * Posee empeño y perseverancia * Da un alto valor
al tiempo * Rompe con los esquemas mentales del pasado, que le paralizan y le
llenan de temor * No se da por vencido: «Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece» * Orienta la felicidad hacia el servicio * Mantiene a la familia
unida. Hoy le invito a remontarse muy alto. Vaya a la presencia de Dios y
permita que Él aclare su mente, renueve sus fuerzas y aliente su corazón. No
insista en depender de sus limitados recursos. Tome los divinos, que están a su
disposición y comience a volar como las águilas. No importa que aparentemente
se encuentre en desventaja. La Palabra de Dios dice, que aun los fuertes se
fatigan y se cansan, y que aun los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan
en Él, tomarán aliento, dispondrán de nuevas fuerzas, serán habilitados de una
manera sobrenatural para seguir adelante, correrán y no se cansarán, caminarán
y no se fatigarán. Crea con todo su corazón, ponga en Él su confianza, aprópiese
de estas reconfortantes verdades y experimentará también en su vida, cómo va tomando
aliento, cómo se va agigantando frente a los problemas, cómo se van
desarrollando en usted, alas como de águilas, que le llevarán a remontarse muy
alto, por encima de todo problema o adversidad.
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