“Porque Jehová derramó
sobre vosotros espíritu de sueño y cerró los ojos” Isaías 29:10
Marcos era el hijo de
un humilde entrenador de caballos. Su padre ganaba muy poco dinero y solo podía
cubrir las necesidades básicas para mantener a su familia y enviar al niño al
colegio. En la escuela el profesor les pidió a sus alumnos que escribieran cómo
querían que fuese su vida cuando fueran adultos.
Marcos escribió siete
páginas, esa noche, en la que describía su meta. Relató su sueño con mucho
cuidado, detallando los pormenores e incluso dibujó un plano de todo el
proyecto. Él deseaba una gran extensión de terreno donde tener una vivienda,
establos para los caballos, corrales para diversos tipos de animales y tierras
dedicadas a la siembra y a la ganadería.
Después de trabajar en
su tarea varias horas, con ánimo de ganador, se lo entregó a su profesor al día
siguiente. Dos días más tarde, recibió de vuelta su trabajo reprobado. Marcos,
muy enojado, fue a ver a su profesor y antes de que éste dijera nada, le
preguntó: ¿Por qué usted me reprobó? Respondiendo su profesor dijo: Creo que lo
tuyo es un sueño imposible de concretar; no tienes recursos y tu familia es muy
pobre para lograr lo que quieres, necesitarías mucho dinero. Creo que es un
proyecto millonario, que no estás en condiciones de lograr. Quiero que revises
tu trabajo y consideres algunos aspectos más realistas; tómate unos días,
regresa con uno nuevo y reconsiderare tu nota.
Regresando a su casa
pensó mucho tiempo en el asunto, consultó con su padre. Éste con mucha
sabiduría, le respondió: Mira, hijo, tienes que decidir por ti mismo. Mi
consejo es que consultes a Dios, si tu sueño está dentro de Su voluntad, nadie
en este mundo va a impedir que se haga realidad lo que te has propuesto.
Marcos regresó a la
escuela, con el mismo proyecto, se lo entregó al profesor y le dijo: “Usted
puede quedarse con mi mala nota, yo me quedaré con mi sueño”.
Un sueño sumado a la
voluntad de Dios, siempre es realizable, por más alocado que éste te parezca.
Entrégale a Dios lo que tu corazón desea y que nada ni nadie impida que puedas
creer que Él hará real cada sueño, su voluntad es tan perfecta que tu sueño
será perfeccionado y al final será Dios cumpliendo su sueño en ti.
Te animo a que hoy
tomes esa decisión de luchar, perseverar por los sueños que Dios ha puesto en
ti y El se hará cargo del resto.
Recuerda que un sueño
es difícil de concretar solo cuando muere el soñador, ¡así que vive por el
sueño que Dios tiene para ti!
“Y esta es la confianza
que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos
oye.” 1 Juan 5:14
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