miércoles, 22 de julio de 2015

El es el León de Judá

·   
     Joel. 3:16 Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel. ''


Este es el tiempo en el cual debemos sacar ese depósito que tenemos en el Señor, la Palabra nos enseña que El es el León de Judá, y que está dentro de nosotros desde el momento en que le recibimos como Salvador, por lo tanto es el tiempo que aprendamos a rugir para quebrantar las estructuras y diseños diabólicos que contra nosotros se han levantado, no es posible que como hijos de Dios caminemos en sendas que no nos pertenecen como: la tristeza, la frustración, el cansancio, la escases, el pleito entre otros, Dios viene a traerte una Palabra: nunca tu problema será más grande que nuestro Dios, hemos sido dotados de la imagen y semejanza de Dios, somos nosotros el cazador que debe ir contra la presa y no la presa contra el cazador, el diablo está derrotado y lo que ya ha sido vencido no tiene por qué levantarse y menos contra nosotros los que hemos sido redimidos por la Sangre de Cristo, es tiempo de hacer temblar al diablo con el rugir que sale de nuestras bocas, es tiempo que mostremos el poder que se nos ha dado como la iglesia del cordero, el Reino no es de lo cobardes sino de los valientes quienes lo arrebatan, tu posición no es la de temblar frente a las circunstancias que se levantan en contra tuya, tu posición es la de ceñirse, pararse y ejecutar el rugido de Dios, todos sabemos que el León se impone sobre la selva, de esa misma manera debemos nosotros imponernos sobre los problemas o situaciones que pasan en nuestras vidas. Hemos visto lo poderoso que es el rugir del León, el pueblo de Israel lo practicó hasta que los muros fueran derribados, y de esa misma manera nosotros debemos hacerlo. Cuando el diablo escuche que hay un León dentro de ti no se atreverá a acercarse. Tener al Espíritu Santo es tener la oportunidad de gritarle al diablo sus verdades, su posición de vencido, derrotado, fracasado, tenemos el poder de la Sangre de Cristo y el poder de la Palabra, no hay por qué estar tristes ni agobiados cuando tenemos a un Dios poderoso, es tiempo que vengas contra tu problema, contra lo que te afligía, contra lo que te infundía temor y lo derribes. Dile a Dios: ruge león de Judá en nosotros, trae la potencia de tu voz y de tu poder para que sean derribadas las obras del diablo en el nombre de Jesús.

0 comentarios:

Publicar un comentario