Hijo mío, asume la responsabilidad espiritual sobre tu vida. No dependas
de ninguna otra persona para tu bienestar espiritual. Confiesa mi palabra sobre
tu vida con tus oraciones a mi. Anímate a ti mismo para ofrecer tus oraciones a
mi, porque esa es tu clave para la victoria. Sigue el ejemplo de mi siervo
Pablo. Cuando el enemigo le ató con cadenas y le metió a la cárcel, el fue
alentado a proclamar mi Palabra, con más valentía y audacia que antes. Cuando
el enemigo intente desalentarte y derrorarte, proclámale con valentía mi
Palabra, porque muchos oirán tu testimonio y serán atraídos a mí. Permite que
mi Palabra se extienda donde quiera que tu vayas, porque yo te hecho una luz
para llevar salvación a los confines de la tierra.
Filipenses 1:14; Hechos 13:46:47
Dios usó la palabra para crear, TODO lo que pronunciemos tiene poder,
porque la palabra tiene poder. Además de pronunciarla debes creer que nuestro
Padre la hará posible. Cuidado con lo que hablas, recuerda que lo que hablas se
convierte en tus hábito, que pasan a ser tus acciones. Se una persona que hable
siempre lo bueno para si y los demás, porque Dios no solo quiere lo mejor para
ti, sino para todos.
Hoy pensemos de manera positiva, creyendo que todo se va a dar.
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