jueves, 3 de septiembre de 2015

Confianza para compartir




Seamos honestos – las dudas son una realidad en la fe Cristiana. La fe, en esencia, es la “seguridad de las cosas por las que esperamos, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve”. (Hebreos 11:1). En el verso de hoy puedes leer algo asombroso. Después de su muerte y resurrección, Jesús está parado enfrente de Sus discípulos, enseñándoles, y aún “algunos dudaron.” ¿Cómo puede ser posible que dudaran? O tal vez tú estás pensando: ¿Cómo se supone que les diga a otros acerca de Jesús cuando Sus propios discípulos batallaron con las dudas? En lugar de permitir que esto te desanime, permite que te anime. Los Apóstoles lucharon para creer, eran fácilmente objeto de la distracción, y la duda era una realidad en sus vidas. Y aun así Jesús los amó, cubrió sus necesidades, y fue amable con ellos, incluso en medio de sus dudas. Así mismo es en la vida Cristiana de hoy día. El hecho de que tengas dudas no te descalifica de las bendiciones del Reino de Dios o de trabajar po Jesús. No permitas que tus dudas te hagan callar tu fe. En cambio, se honesto acerca de esas dudas con aquellos con quienes vas a compartir, y pídele respuestas al Señor, y El será fiel y responderá. Mientras crecemos en nuestra relación con Jesús, pidámosle que responda nuestras preguntas y dudas. La lectura de hoy la llaman “La Gran Comisión”, el llamado que tiene cada persona, que cree en Jesús, de ir y divulgar la verdad de Cristo y lo que esto significa para todo el que crea en Él. En la parte final de este mandamiento está una pequeña promesa. Jesús dijo: “estaré con ustedes siempre” Jesús dio a Sus discípulos un destello de cuándo podían experimentar Su cercanía. Cuando fueran a cumplir con su llamado. Cuándo eres obediente en compartir las nuevas de Su amor y paz, cuando tomas el riesgo de evangelizar, orar por alguien que no lo conoce a Él, manteniendo tu fe aun cuando tu reputación se deteriore ante otros, Jesús dice que Él está contigo. Él está cerca. Toma el paso hoy. Decide compartir el amor de Dios con alguien ahora mismo.  Tú eres un embajador de Cristo para aquellos que necesitan a Jesús en su hogar, su urbanización, su trabajo y su ciudad. Dios está contigo. Si Dios está contigo, ¿quién puede estar en tu contra?

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