martes, 21 de abril de 2015

Críticos de Profesión



¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo, cuando tú tienes un tronco en el tuyo? ¿Cómo puedes pensar en decirle a tu amigo: “Déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo”, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo? Mateo 7:3-4

Muchos de nosotros solemos preocuparnos demasiado en ver los errores y las fallas de los demás, en vez de analizar primero nuestras palabras y conducta. Como dice el Salmo 119:105: “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino”. La Palabra de Dios es tan cierta que nos confronta con nuestra propia realidad, puede compararse con un espejo, pues nos muestra como somos.
Es bueno que aprendamos a cerrar los ojos a los defectos y destaquemos las virtudes de los demás, que tratemos de obtener lo mejor de cada ser humano, pues todos tenemos valores y virtudes inexploradas.
Hoy es el mejor día para ponernos a cuentas con Dios y pedirle perdón por haber juzgado y haber ofendido a alguien con nuestras palabras. Pidámosle que nos enseñe cada día a ver a las demás personas con el mismo amor con el que El nos ve, a tratarlas con más calma, serenidad y mansedumbre; que nuestros juicios no sean precipitados, que callemos cuando sea necesario y hablemos en el tiempo oportuno. Que en ningún momento nuestras palabras sean destructivas, sino constructivas. Si le pedimos a Dios que nos ayude a actuar de esa forma, veremos que los más beneficiados seremos nosotros mismos.
Miremos a las persona no como son hoy, sino como lo que pueden llegar a ser si nosotros sabemos animarlas y ayudarlas. Aprendamos a corregir sus defectos con amor.
Si otorgas un favor, no lo recuerdes. Si recibes un favor, no lo olvides.

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