Jehová es bueno,
fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían”. Nahum
1:7
Cuenta una historia que
en una ciudad se inauguraría una escuela en presencia del presidente del país y
de una importante delegación que lo acompañaba, todos los alumnos vestirían y
lucirían sus impecables uniformes para poder recibirlo.
Después de la
ceremonia, una niña lloraba a lágrima viva.- ¿Qué te sucede?- ¿No viste al
presidente? , le pregunto la maestra.- Sí, contestó la niña, pero él no me vio
a mí.
Evidentemente, el
presidente no podía fijarse en cada niño de la multitud. Y la niña no tenía
edad para comprenderlo.
En nuestra época de la
informática, a menudo nos sentimos como un simple número de identificación ante
las autoridades, o en una ficha en el banco, quizá del hospital, o como ser, un
ser anónimo en la muchedumbre. De ahí es fácil pensar que no nos interesamos
por nadie porque nadie parece interesarse por nosotros.
No obstante ese
pensamiento es un error. Existe alguien que sabe quién eres, conoce tu nombre y
oye el menor de tus suspiros. David que lo sabía muy bien dijo “tú has conocido
mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Pues
aun no está la palabra en mi lengua y he aquí oh Jehová tú la sabes toda”
Salmos 139:2-4.
El Señor Jesús, el buen
pastor, llama a cada una de sus ovejas por su nombre, tal vez creas que nadie
puede entenderte, conocerte y amarte, sin embargo entérate que Él está
pendiente de todo lo que esta sucediéndote y no solo está observándote sino
también está dispuesto a bendecirte.
“Conoce el Señor a los
que son suyos” 2 Timoteo 2:19
Eres único(a) a sus
ojos y te dice: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
Isaías 43:1.
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