“Oh
Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y
esperaré” (Salmo 5:3)
Cuando
el buscar a Dios se vuelve parte de la vida, pronto descubriremos ¡cuán
diferente se puede vivir cada día! La presencia de Dios es para sus hijos como
una isla de descanso, como una medicina para el dolor, como un torrente de agua
fresca en medio del desierto. Quizá la descripción más fiel es la del Salmo 42:
«Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh
Dios, el alma mía».
Cada
vez que levantamos la mirada a Papá Dios, cada vez que buscamos su mano, cada
vez que acallamos nuestro espíritu para escucharle, encontramos un lugar de
refugio que nadie nos puede quitar. Basta con disponernos, buscarle con todo el
corazón, y allí está Él. Se encuentra en todo lugar, no hay sitio sin su
presencia, va con nosotros. El nos acompaña a cada lugar a donde vamos, aún en
medio de los afanes de la vida le podemos hallar.
Tal
vez usted no conozca a Dios lo suficiente y solamente salga de sus labios una
sencilla oración, pero cuando ore, crea que Él le está escuchando, entonces,
sentirá cómo sus pensamientos se entrelazan con los de Él en una dulce y tierna
conversación. Experimentará que su oración es escuchada y que es capaz de
transformar los más frustrantes pensamientos de dolor en pensamientos de gozo y
vida. La oración ablanda el corazón de piedra, sana al enfermo, produce
milagros y lo más importante, la oración trae la misericordia de Dios sobre
nuestra vida.
El
gran secreto de los hombres y mujeres de éxito reside en la oración. Por la
oración el pueblo de Israel halló la victoria ante sus enemigos en
circunstancias realmente difíciles; por la oración de un hombre Dios detuvo el
sol, dividió el mar, hizo llover fuego del cielo, calmó la tempestad, resucitó
muertos, fue multiplicado el pan y fue devuelta la vista a los ciegos.
¿Quiere
tener poder sobre el enemigo? Ore. ¿Necesita fuerza para resistir los
sufrimientos? Ore. ¿Qué necesita hoy? Dios es la fuente de todo, allí usted
beberá gratuitamente. Tendrá a su disposición toda la misericordia de Dios,
serán suyos el consuelo y la esperanza. Hallará allí dirección sabia para
escoger el mejor camino, el de la vida y el de la victoria.
“Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Juan 7:37b
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