viernes, 11 de diciembre de 2015

DIOS TE DARA LA VICTORIA.

 Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.
1 Juan 4:4
Dijo David a Saúl -No te preocupes por este filisteo ¡Yo iré a pelear contra él! -¡No seas ridículo! -respondió Saúl- ¡No hay forma de que tú puedas pelear contra ese filisteo y ganarle! Eres tan sólo un muchacho y él ha sido un hombre de guerra desde su juventud. Pero David insistió: -He estado cuidando las ovejas y las cabras de mi padre. Cuando un león o un oso vienen para robar un cordero del rebaño, yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. Si el animal me ataca, lo tomo de la quijada y lo golpeo hasta matarlo. Lo he hecho con leones y con osos, y lo haré también con este filisteo pagano, ¡porque ha desafiado a los ejércitos del Dios viviente! ¡El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo!
Saúl accedió y le dijo:- Está bien, adelante. ¡Y que el Señor esté contigo! Así que David tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa. Luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para luchar contra el filisteo.
Goliat caminaba hacia David con su escudero delante de él, mirando con desdén al muchacho de mejillas sonrosadas. - ¿Soy acaso un perro -le rugió a David- para que vengas contra mí con un palo? Y maldijo a David en nombre de sus dioses. - ¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes! -gritó Goliat.
David le respondió al filisteo: - Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel! Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!
Cuando Goliat se acercó para atacarlo, David fue corriendo para enfrentarse con él. Metió la mano en su bolsa, sacó una piedra, la lanzó con su honda y golpeó al filisteo en la frente. La piedra se le incrustó allí y Goliat se tambaleó y cayó de cara al suelo. Así David triunfó sobre el filisteo con sólo una honda y una piedra, porque no tenía espada. Después David corrió y sacó de su vaina la espada de Goliat y la usó para matarlo y cortarle la cabeza.

Posiblemente hoy tienes frente a ti a un gigante llamado: enfermedad, divorcio, alcohol, drogas, pobreza, desesperanza, frustración o soledad. No te sientas intimidado(a) ni retrocedas porque no estás solo(a), Dios está contigo y es el único que puede darte la victoria en esta batalla. No importa que tan difícil parezca ser la situación que estés enfrentando, no desvíes tu mirada, tu caminar ni tu confianza a otro lado, permanece creyendo, confiando y clamando al único Dios que puede ayudarte y cambiar tu lamento en gozo.

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