"Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien"
Isaías
41:10
El
único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y
deshabitada isla. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día
escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.
Cansado,
finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse y
almacenar sus pocas pertenencias. Entonces, un día, tras merodear por la isla
en busca de alimento, regresó a su casa sólo para encontrar su cabañita
envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había
ocurrido: lo había perdido todo. Quedó anonadado de tristeza y rabia: «Dios
mío, ¿Cómo pudiste hacerme esto?» se lamentó.
Sin
embargo, al día siguiente fue despertado por el ruido de un barco que se
acercaba a la isla. Habían venido a rescatarlo. — ¿Cómo supieron que estaba
aquí? – preguntó a sus salvadores.
—
Vimos su señal de humo – contestaron ellos.
Amigo
(a)
No
se que tipo de problema o circunstancia puedas estar atravesando en estos
momentos, pero la próxima vez que tu cabaña se vuelva humo, recuerda que es la
señal de que la ayuda de parte de Dios ya viene en camino.
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