Para
aquellos de nosotros que conocemos y entendemos el Mensaje de la Cruz, el
mandato es claro. No debemos ser los que sostienen el conocimiento de estas
verdades como insignias de exaltación a la carne. Nosotros somos los que
andamos humildemente, hacemos justicia y amamos la misericordia. Nosotros somos
los que escalamos en el hoyo para ayudar a nuestro hermano y hermana a salir
del fango que el pecado ha creado para ellos. No tenemos miedo de ensuciarnos
las manos o de ensuciarnos la ropa. Debemos viajar a donde mienten, rotos y
heridos por el engañador, y liberarlos de las ataduras de desesperanza, de
vergüenza, de frustración y de duda. Debemos ofrecer a los caídos la mano del
consuelo en vez de traer el aplastamiento de la condenación. Estamos ordenados,
estamos en posición crítica para llevarlos al conocimiento de la Cruz.
Exhortándolos a apartarse de la fe en cualquier otro medio fuera de la Cruz,
debemos esperar pacientemente que sus ojos y su corazón estén enfocados en las
verdades de lo que Jesús hizo por nosotros. Entonces la manifestación del
pecado que abundó alrededor de ellos será destruida, su esperanza será
restaurada, su fe absorta en la Cruz y sus almas serán dominadas por el poder y
la presencia del Espíritu Santo. "Vosotros que sois espirituales"...
Restauradle
Gálatas
6:1
Hermanos,
si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,
restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que
tú también seas tentado.
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