En
las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente.
Proverbios
10:19
Muchos
tenemos lo que Proverbios 19:1 llama labios perversos. Tener labios perversos
no es solo mentir y maldecir, sino también tener una boca desobediente y decir
cosas que no están de acuerdo con la Palabra de Dios.
Todos
lo hemos hecho alguna vez. Por ejemplo, decimos que estamos confiando en Dios
para que nos sane, pero luego decimos a alguien: "Este dolor me está
matando". Eso es tener labios perversos porque es contrario a lo que dice
la Palabra de Dios.
"Por
favor, hermano Copeland, yo sé que dije eso, pero eso no fue lo que realmente
quise decir."
Mire,
el mundo espiritual no opera de acuerdo a lo que usted quiso decir, sino de
acuerdo a lo que dice. Marcos 11:23 dice: "Porque de cierto os digo que
cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en
su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será
hecho". Este versículo no dice que será hecho lo que usted quiso decir,
sino lo que usted diga. Lo que usted diga es lo que cuenta.
No
estoy sugiriendo que se haga todo un lío y se ponga a pensar profundamente en
lo que va a decir. Haga uso de la sabiduría que Dios le ha dado. Enseñe a su
boca a ser obediente a la Palabra de Dios, así cuando más la necesite,
encontrará esa Palabra morando ricamente en usted.
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