Porque
esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente
y eterno peso de gloria.
2
Corintios 4:17
Permítame
explicarle lo que quiero decir. No hace mucho tiempo, este ministerio estaba
haciendo frente a grandes presiones económicas. Me levanté en fe contra ellas.
Luché contra ellas con la Palabra y en oración.
Lo
que no entendí fue que, durante ese tiempo en que los problemas parecían tan
grandes, las bendiciones eran aún mayores. Este ministerio estaba extendiéndose
más, ministrando a más gente, escribiendo más cartas, sacando a luz más
publicaciones y enviando cintas de enseñanzas como nunca antes. Era un tiempo
sin igual; era tiempo para regocijarse. Pero no me di cuenta de ello por estar
tan ocupado pensando en los problemas. Tenía la visión tan estrecha que lo
único que podía ver era la presión. Pasé por tiempos difíciles cuando debí
haber estado proclamando la victoria.
Pero
gracias a Dios, Él me despertó antes de que todo acabara. Me despertó a las
bendiciones y me recordó que los problemas son temporales y que pueden cambiar,
pero que Dios y su Palabra de victoria nunca cambian.
Si
usted está pasando por tiempos difíciles, despierte a las bendiciones que hay a
su alrededor. Usted será mucho más eficiente al hacer frente a los problemas si
le da a Dios la gloria por las soluciones que Él ya ha provisto. Quite sus ojos
del problema y mire alrededor; y muy pronto estará proclamando la victoria.
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