lunes, 25 de enero de 2016

Vacíen sus bolsillos

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"Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová." Salmo 41: 1. Pensar en los pobres y guardarlos en nuestros corazones es el deber de todo cristiano; pues Jesús puso a los pobres con nosotros y cerca de nosotros cuando dijo: “Siempre tendréis pobres con vosotros." Muchos dan su dinero a los pobres con prisa, sin pensar; y muchos más no dan absolutamente nada. Esta preciosa promesa pertenece a aquellos que “piensan" en los pobres, que analizan su caso, diseñan planes para su beneficio, y los implementan consideradamente. Podemos hacer más otorgándoles cuidados que dinero en efectivo, y mucho más todavía si juntáramos ambas cosas. El Señor promete Su propia consideración en tiempos de zozobra para aquellos que piensen en los pobres. Él nos sacará del problema si ayudamos a otros cuando se encuentran en problemas. Habremos de recibir una ayuda providencial singular si el Señor ve que procuramos proveer a otros. Hemos de enfrentar tiempos de turbación, sin importar cuán generosos podamos ser; pero si somos caritativos, podemos presentar un argumento para una liberación peculiar, y el Señor no negará Su propia palabra y compromiso. Quienes son miserables tacaños se ayudan a sí mismos, pero el Señor ayudará a los creyentes que son considerados y generosos. Como hubieren hecho con los demás, así hará el Señor con ustedes. 

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