Dios ama la
disposición de tu corazón de temer su presencia, guardar su palabra, y desear
su amistad. Cuando buscas a Dios de todo corazón, su promesa es la bendición.
En Isaías 58:4-5 (NTV) dice: “¿De qué
les sirve ayunar, si siguen con sus peleas y riñas? Con esta clase de ayuno,
nunca lograrán nada conmigo. Ustedes se humillan al hacer penitencia por pura
fórmula: inclinan la cabeza como cañas en el viento, se visten de tela áspera y
se cubren de cenizas. ¿A eso le llaman ayunar? ¿Realmente creen que eso agrada
al Señor?”. No hay ninguna cosa que podamos hacer para intentar persuadir a
Dios que nos deba bendecir, si ayunamos con el fin de obtener beneficios de
Dios...
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