Cuando miramos
ALREDEDOR, vemos destreza, perplejidad, y confusión. Nos hace bien mirar ARRIBA
y contemplar la serenidad y la majestad de Dios en su santo templo. Dios mira a
todos los sucesos MUNDIALES, pero nos mira a cada uno de nosotros
INDIVIDUALMENTE, y sus ojos examinan y escudriñan minuciosamente y con detalle
a NUESTROS HECHOS, PENSAMIENTOS, Y MANERA DE VIVIR. ¡Que espantoso y pavoroso
es contemplar esto, si estamos “fuera de Cristo”, o sea, que no pertenecemos a
Cristo. Pero si estamos salvos, Dios nos mira por el lente de Calvario, y nos
acepta a causa de nuestra relación con Cristo, Su Hijo, como dice en Efesios
1:6, “nos hizo aceptos en el Amado”, o sea en Jesucristo. Esto quiere decir que
SI en verdad nos hemos arrepentido de nuestros pecados, y hemos recibido a
Jesús en nuestro corazón como nuestro Salvador, Dios nos acepta a nosotros por
lo que sufrió su hijo en la cruz, es decir, “nos hizo aceptos en el Amado”.
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