Cuantas
cosas Dios hizo por nosotros, aún cuando no lo merecíamos, y todavía hoy,
después de un tiempo de haberlo conocido, aún lo sigue haciendo, cuando nos
bendice, cuida, protege, defiende, perdona, y mucho más. Esto despierta en
nosotros un agradecimiento indescriptible, que nos motiva a querer hacer algo
para poder corresponderle en ese amor.
“Pero
en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también
de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.”
2 Timoteo 2:20
Lamentablemente,
no todos sirven como El quisiera. Si te pones a pensar en tu casa, puedes
recordar que muchas de tus cosas, son en su mayoría de un material común, como
madera o plástico, y no usas esos instrumentos de igual forma que los que son
de oro, porque tienen un valor diferente, representa algo más importante y
además no se puede sustituir fácilmente por otro de material corriente.
“Así
que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra,
santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” 2 Timoteo 2:21
Cuando
una pareja se casa, a cada cónyuge se le entrega un anillo de oro, porque este
material, siempre representa la pureza y la calidad. De la misma manera Dios
pide esto de nosotros, que seamos instrumentos puros, apartados de toda
suciedad, que caminemos en santidad, para que de esta manera no seamos
cualquier instrumento dentro de la casa del Señor, sino, instrumentos de honra.
Si
estás sirviendo al Señor, la pregunta es: ¿De qué manera le sirves? Nosotros
somos llamados a ser instrumentos de oro, a quien el Señor pueda usar en su
casa de tal manera que nadie pueda reemplazarlo, no importa en qué ministerio,
lugar o posición rindes tu servicio, en todo lo que hagas busca pureza y
calidad, para ser ese instrumento de valor, que es apreciado más de dos veces.
Hoy
quiero animarte a recordar todo lo que Dios hizo por ti. Él nos amó primero y
nos buscó a pesar de que muchas veces le dimos la espalda, se encontraba
presente en el momento que más lo necesitábamos, aunque lo hayamos buscado como
la última alternativa, recuerda que El mismo decidió ser hijo de hombre para
que tú puedas ser hijo de Dios, decídete a servir al Señor como El se merece.
¡Nunca
olvides lo que Dios ha hecho por ti y de esta manera siempre decidirás ser ese
instrumento de valor para él!
¡No
seas parte del montón, haz la diferencia!
0 comentarios:
Publicar un comentario