”Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No
sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
que no pueden expresarse con palabras” Romanos 8:26
Por medio de su poder somos fortalecidos, ayudados, alentados, y
llevados por el camino de la victoria; por eso cobra sentido aquello que las
pruebas fortalecen el carácter, y nos llevan a esforzarnos para triunfar; así
como a conocer más el poder de Dios; de la misma manera somos consolados con su
compañía.
La vida de los hijos de Dios tiene que ser guiada cada día por nuestro
formador y verdadero Padre y quien nos socorre es el Espíritu Santo, quien nos
ofrece ayuda sobre la marcha, es decir, su eterna compañía, la cual nos genera
gran seguridad y confianza, porque sabemos que solo su amor y poder hace cosas a
nuestra favor mucho más abundante de lo que le pedimos.
La bendición de Dios radica en la seguridad de que le pertenecemos, que
somos su especial tesoro, que estamos esculpidos en la palma de su mano; en fin,
tener la certeza que él nos escogió como su heredad. Además de esta escogencia
saber que él se goza con ser nuestro Padre.
Por tanto conocer esto, es motivo suficiente para que experimentemos hoy
la más suprema satisfacción y realización personal. El vivir y experimentar un
claro sentido de “a quien” le pertenecemos, de que somos elegidos por él y para
él, nos da una incomparable seguridad de protección y bendición porque nuestra
vida descansa en las mejores manos, en las manos de nuestro Padre Celestial.
Pero ¿Cómo podemos estar seguros de esto? Esa seguridad solo viene a
través de su Santo Espíritu; nuestra fe debe estar cimentada en su palabra, y
ella nos ratifica esta verdad (Romanos 8:14-16)
Seguros de esto, es que podemos considerar toda la riqueza espiritual
que tenemos, puesto que al poseer el más hermoso de los regalos, como es el
Espíritu Santo de Dios, también tenemos por medio de él, lo que la palabra de
Dios denomina el fruto del Espíritu.
Cuando conocemos acerca de esto, nos damos cuenta cuán importante y
valioso es aprovechar esta dádiva. Es así, como en el corazón de nuestro buen
Padre está el que usted y todos vivamos una vida de victoria y realización.
Tome la decisión de caminar con él.
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