Para el que sabe esperar, la recompensa llegará paradójicamente, justo cuando
menos lo espera...” Un amigo compartió conmigo estas palabras, creo que a todos
nos cuesta entender, que hay situaciones en las que lo único que queda es
“esperar” ¿Te ha pasado? Esperar por un trabajo, o estar esperando que Dios te
sane a ti o a un ser querido. O quizás tu espera es obtener un título profesional,
después de tanto esfuerzo, o bien aguardas el día en que ese familiar tan duro
de corazón, finalmente pueda creer en Jesús. El mundo dice: "El que espera
desespera", pero que dice la Palabra de Dios al respecto: Hubiera yo
desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los
vivientes. Salmos 27:13 Si estas en esta posición, a punto de desmayar, quiero
animarte nuevamente a creer. La Paciencia, es la capacidad de esperar y
soportar los sufrimientos, sabiendo que existe una esperanza, ¿Sabías que José
atravesó trece años de injusticias, antes que todo el reino le fuera entregado
en sus manos? El aprendió a esperar, porque sabía que necesitaba estar en la
perfecta voluntad de Dios a pesar de todo. “Porque ustedes tienen necesidad de
paciencia (perseverancia), para que cuando hayan hecho la voluntad de Dios,
obtengan la promesa.” Hebreos 10:36 (NVH) No cometas el error de pensar que
esperar es no hacer nada, nosotros esperamos “haciendo la voluntad de Dios”
orando, y obedeciendo su palabra, sirviéndole, aunque la situación sea difícil,
recuerda que Dios tiene una promesa para ti y debes esperar de la manera que
Dios te pide, para que lo recibas, ¡Porque Dios no es indiferente a tu
necesidad, ni ha dejado de pensar en ti! Aunque muchas veces la respuesta
“Espera” es la que más cuesta aceptar, siempre será la mejor si viene de Dios.
Si tienes ganas de gritar: Me duele esta espera! Me es tan difícil creer!
Hazlo! Hoy Dios te dice: “La fe que te pido es que creas que estoy a tu lado,
que te amo, que soy tu amigo, que quiero enjuagar tus lagrimas, entiende que
necesitas aprender que es esperar con Fe” Pacientemente esperé a Jehová, Y se
inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación,
del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego
en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y
temerán, Y confiarán en Jehová. Salmos 40:1-3
¡Levántate! La respuesta llegará
cuando menos lo esperas.
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