Primero que todo, no hay nada en nuestras vidas que nos ocurra que Dios no haya
permitido o bien ordenado. En segundo lugar, los fines ocultos de cualquier
tormenta, siempre van a rodear la eliminación de algunas de las cosas que no
necesita y promover la inclusión de otras cosas que le beneficien en su caminar
y crecimiento con el Señor. Así que la próxima vez que se encuentre en una
tormenta, asegúrese de entender la verdad de que Dios no le dejó
arbitrariamente sólo los elementos potencialmente nocivos. En lugar de eso, Él
ha preparado un propósito con la misma cosa que le ayudará a convertirse en la
persona a la que quiere llegar a ser. Tome a Pablo, por ejemplo. Él deseaba ir
a Roma a predicar el evangelio, sin embargo no creo que su plan inicial fuese
llegar a Roma obligado por una cadena romana. Sin embargo, en todo esto, él
nunca se consideró un prisionero de Nero. Él siempre se declara un prisionero
de Cristo Jesús. Él sabía que había escrito su tormenta y en lugar de luchar contra
eso, ¡él besó la cadena! ¿Si usted se encuentra en una tormenta hoy? No se
queje, dude o tema, ¡olvídese de la cadena! 1 Corintios 10:13 No os ha
sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
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