viernes, 5 de febrero de 2016

Justicia del Nuevo Pacto

Después de la caída del hombre en el jardín, Dios estuvo obligado a separarse de Adán y Eva, pues Su Santa Presencia no podía permanecer en comunión con la reciente condición pecadora de Su mayor creación. El hombre procedió a caer en un grado tan devastador que era imposible que pudiera obrar para regresar hasta una posición de justicia aceptable a Dios. Incluso, cuando se dio la Ley bajo Moisés, lo mejor que podía hacer esta, era definir la injusticia del hombre. La Ley no tenía la capacidad, a pesar de que era justa y santa en sí misma, para salvar al hombre, porque el hombre no podía cumplir con sus preceptos. Pero cuando Jesús vino, Él estableció un estándar de Justicia que superó con creces la Ley. Y ahora Él mismo, siendo el estándar de Justicia del Nuevo Pacto, ofrece a cada Creyente Su Posición de Justicia a cambio de la Fe que se expresa en Su Persona como Salvador y Señor. Su excesiva y sobrepasadora Justicia se traga a la Ley como un estándar más bajo de Justicia. De buena gana imputa Su Justicia por la Fe a través de la Gracia a cada Creyente, haciendo posible otra vez una relación con Dios. Así que la Gracia no me exime de vivir en Santidad. La Fe y la Gracia hacen que el Creyente se convierta en un siervo del verdadero estándar de Justicia establecido por la Persona de Cristo, que supera con creces las justas demandas de la Ley

Romanos 6:18

Y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.

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