no podemos negar que todos tenemos diferentes luchas a
diario, cada uno de nosotros en diferentes áreas de nuestra vida mantenemos
constantemente luchas diarias en las cuales muchas veces cedemos y en otras nos
mantenemos firmes, pero no hay duda de que las tenemos todos los días. El
problema en sí no son las luchas constantes que mantenemos porque al fin y al
cabo eso se mantendrá así durante nuestra vida acá en la tierra. No podemos
evitar que nunca vengan problemas, no podemos lograr que siempre todo este en
calma, siempre habrá momentos en los que nos sentiremos débiles a causa de las
muchas luchas, pero si podemos evitar que esos problemas se conviertan en gigantes
que atemoricen constantemente nuestra vida. la única forma de sobrellevar todo
lo que pasa en nuestra vida es colocando nuestra mirada en dios, haciendo de él
el centro de nuestra vida, viviendo para él, confiando en él, dependiendo de
él, y es que cuando nosotros lejos de ver las circunstancias negativas de nuestro
alrededor volvemos nuestra mirada al señor, todo se vuelve más fácil. El
problema de muchos de nosotros es que cuando vemos que las luchas son bastantes
fuertes y nos debilitan, ponemos toda nuestra atención en esas luchas, en lugar
de poner nuestra mirada en dios. Cuando nosotros desviamos nuestra atención a
los problemas y no al dios de las soluciones entonces todo se complica
bastante.
Jesús mismo nos aconsejó diciendo:
“33 Mas buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
Mateo 6:33 (Reina-Valera 1960).
Cuando hacemos de Dios nuestro rey debemos estar seguros
que Él nos protege, que dependemos de Él, que Él tiene cuidado de nosotros, entonces
frente a las situaciones duras que nos toca enfrentar lo único que tenemos que
hacer es volver nuestra mirada a Dios y Él se encargará de darnos la fortaleza
que necesitamos para afrontar cualquier situación. Es importante entender que
en la mayoría de casos, Dios no quitarlas luchas, sino que nos dará la
capacidad necesaria para afrontarlas conseguir la victoria. Y es que es más provechoso
para el hijo de Dios enfrentar las luchas con Dios porque de esa manera al
conseguir la victoria podemos tomar nota de lo aprendido y ponerlo en práctica
en la próxima lucha. Quizá los últimos días has estado con muchas luchas
constantes, quizá hasta le has pedido a Dios que quite de tu vida esas situaciones
que te han robado la paz, pero a lo mejor Dios quiere que vuelvas tu mirada a
Él, porque Él quiere darte la fortaleza y la capacidad para vencer eso que ahora
sientes que no puedes vencer. Hoy te invito a volver tu rostro y tu mirada
hacia Dios, a reconocer que todo lo puedes en Él que te fortalece, a reconocer
que eres más que vencedor en Cristo, a reconocer que Dios te ha dado la victoria
sobre cualquier circunstancia y que junto a Él no hay nada que temer y sí mucho
porque luchar.
¡Vuelve tu mirada hacia Dios y obtén la victoria!
“1 Por tanto, nosotros también,
teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo
peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que
tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe,
el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el
oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”
Hebreos 12:1-2 (Reina-Valera 1960)
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