Juan 3:16
De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
–“De tal manera amó Dios al mundo”: Percibimos un poco la grandeza del
amor divino que abarca a todos los hombres, y nos maravillamos de este amor. El
mundo rechazó a su Creador, lo deshonró, despreció y ultrajó a su Hijo enviado
a los hombres. Pero a pesar de esto, Dios ama a sus criaturas.
–“Ha dado a su Hijo unigénito”: Lo dio por personas inicuas. ¡Este fue
el precio infinitamente elevado que el amor de Dios pagó! El Dios justo dio la
prueba de su amor al enviar a su Hijo unigénito y muy amado, hecho hombre, a
esta tierra. Él vino para borrar, mediante su sacrificio, el deshonor que el
hombre había hecho a su Creador. Y más aún, cargó con mis pecados y sufrió en
la cruz el juicio que yo merecía. Él me da la gracia divina. ¡Qué compasión!
–“Para que todo aquel que en él cree”: ¡Todos son interpelados, sin
excepción! La Biblia nos dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”.
–“No se pierda”: El mensaje de Dios no es un mensaje basado en amenazas;
es un mensaje de gozo. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se
arrepienta y viva. ¿Qué ocurre si alguien no acepta el ofrecimiento de Dios? Su
fin será la perdición. Dios mismo expresa esto en términos muy fuertes.
–“Mas tenga vida eterna”: El que acepta a Jesucristo como su Salvador
tiene la vida eterna. ¿A partir de cuándo empieza esta vida eterna? Desde el
momento en que una persona se vuelve a Dios. ¡Y esto puede tener lugar aquí y
ahora mismo! “El que tiene al Hijo (de Dios), tiene la vida” (1 Juan 5:12).
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