viernes, 19 de febrero de 2016

Verdaderas reinas



“Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, esa será alabada. Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos” (Proverbios 31:30-31)

En su infinito amor, Dios creó a la mujer obedeciendo a un plan perfecto que tenía por objetivo completar y perfeccionar la creación y bendecir al hombre. Nuestro Padre consideró que no era nada bueno para el hombre, y por tanto para la sociedad, estar solo. Dios no encontró otra ayuda más idónea y perfecta para el hombre en su tarea de administrar el mundo, como la mujer. Le dio una naturaleza sensible y maternal capaz de ejercer una poderosa influencia en las personas y en el entorno. Le creó a su imagen y semejanza, capacitada para dar y prodigar ese amor que Él puso en cada una, de tal forma que pudiera transmitir bendición, belleza y armonía a su alrededor.
 Sin embargo, muchas mujeres desconocen su origen en Dios y no tienen en cuenta su naturaleza espiritual para conocerla, cultivarla y desarrollarla. Buscan desesperadamente la vida con sentido y felicidad que sólo Dios puede darles, en satisfacciones pasajeras, viviendo para el momento, dándole trascendental importancia a lo material y temporal, lo cual le produce una profunda sensación de vacío, temor y soledad.
 Pero Dios, en su gran misericordia, hace un ofrecimiento de vida y salud total para toda mujer que se acerque a Él, reconozca que le ha perdonado a través de su Hijo, quien es su Salvador, y haga una entrega genuina de su vida a Cristo. Tal como dijo a la mujer samaritana en el hermoso pasaje bíblico de Juan 4, Jesús sigue ofreciendo a toda mujer, la fuente de su verdadera felicidad y realización: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”
 ¿Desea usted recibir verdadera admiración? Cultive su belleza interior, la que viene de un espíritu conectado con Dios.


0 comentarios:

Publicar un comentario