“Si tu de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso; si fueres
limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará próspera la
morada de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer
estado será muy grande” (Job 8:5-7)
Marcos 1:35; Salmo 143:1-12
Dios como Padre desea que todos sus hijos sean grandes y lleguen lejos.
La mayor dicha para un padre es que su hijo le imite e incluso le supere. Así
lo expresó el Señor Jesús a sus discípulos cuando les dijo: “El que en mí cree,
las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy
al Padre” (Juan 14:12). El Señor estaba seguro de que sus discípulos tendrían
extraordinarios logros, pues fruto de aprender como Él, a buscar a su Padre
cada día, muy temprano en la mañana, y decidir obedecerle en todo, sus vidas
serían llenas de su Espíritu, el cual les capacitaría para hacer milagros,
prodigios y señales.
Cuando nos acercamos a Dios, vemos que Él tiene principios muy simples
para nuestra vida. Lo único que pide nuestro buen Dios es que le busquemos de
mañana, que coloquemos nuestra vida en sus manos y que le obedezcamos, andando
en rectitud e integridad; entonces Él luchará por nosotros, nos dará
prosperidad, nos guardará en justicia y nos engrandecerá, dándonos una vida con
propósito que trasciende hasta la eternidad.
El punto de partida de todo estado de prosperidad y de bendición para
el hombre, está en buscar a Dios desde la mañana. Aunque muchos argumentan que
al Señor se le puede encontrar en cualquier momento, y eso es absolutamente
cierto, hay un amor, una gracia, algo que conmueve el corazón de Dios cuando
venciendo nuestra comodidad, hacemos esfuerzos sinceros por encontrarle.
El rey David había aprendido a darle lo mejor a Dios, y esto incluía su
tiempo. Su máxima era: “No ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que nada me
cuesten”. Por algo Dios lo había traído de una condición tan pequeña, de ser
pastor de ovejas, a la más grande, ser el rey de su pueblo Israel. ¿Quiere
usted llegar muy alto? Haga de la búsqueda de Dios su máxima prioridad cada
día.
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