viernes, 12 de febrero de 2016

Hay poder curativo disponible en el nombre del Señor Jesús.


La Biblia dice que Él llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores. Estas palabras hebreas usadas en Isaías 53 no se utilizan en conexión con el pecado. Siempre se utilizan en las referencias directas a la curación del cuerpo (enfermedades) o la curación del alma (dolores). Esto significa que si usted necesita una curación en su cuerpo, pida al Señor que lo toque basado en el precio que Jesús pagó en el Calvario. Esta curación no se limita a los enfermos afectos de enfermedades o dolencias en el cuerpo, sino que se extiende también para el corazón, las emociones del hombre. Jesús dijo que el Espíritu del Señor lo ha ungido para sanar a los quebrantados de corazón y para poner en libertad a los que han sido golpeado. ¿Su corazón ha sido roto? ¿Su mente está oprimida? ¿Ha sido la impotencia y la desesperanza el orden del día por mucho tiempo? A continuación, vaya al Padre en la fe. Deje que su fe no descanse sobre su confesión religiosa o la arrogancia, sino en la Obra Terminada de Cristo. Acérquese al trono confiadamente con humildad y confianza. Los días de Jesús en los que cura la necesidad de la humanidad están lejos de terminar. ¡Sólo pregunte!

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