Casadas, estad sujetas a vuestros
maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no
seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto
agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se
desalienten. Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo
al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero,
temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y
no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la
herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá
la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.
Colosenses 3:18-25
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