“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó.” Romanos 8:37
¿Quién de nosotros quisiera conocer el secreto para triunfar en la
vida? Pues bien, esto no es algo inalcanzable para el hijo de Dios. El apóstol
Pablo afirma que podemos ser victoriosos porque lo tenemos a Él, el poder más
grande que existe, el que creó los cielos y la tierra, el que tiene todo bajo
control. Esta fue una enseñanza esencial en la vida de este gran hombre, quien
se vio sometido permanentemente a muchas pruebas y dificultades, en medio de
las cuales aprendió a confiar plenamente en el Señor, a disfrutar del regalo de
su amor y a no dudar, de su cuidado y protección. Él descubrió fruto de una
vida de oración y comunión con Dios, que cuando más débil era, cuánto más
vulnerable estaba, cuánto más peligrosas eran las circunstancias que lo
rodeaban, su Padre celestial, más cerca estaba de él, transformando su
debilidad en fortaleza y haciéndolo todo un vencedor.
Esta fue la enseñanza que Jesús transmitió a sus discípulos, luego de
que les faltara la fe en medio de la prueba. Desconfiaron de su amor, de su
cuidado y protección. Pero la razón de esto, era que no habían definido
realmente en sus corazones, quién era Jesús. Tal vez lo consideraban un gran
maestro, pero no el Hijo de Dios, y por eso, cuando la tormenta arreció y la
barca comenzó a anegarse, temieron por su vida y reclamaron al Señor: “Maestro,
¿no tienes cuidado que perecemos?”
Tengamos presente que las pruebas son herramientas usadas por Dios para
fortalecer nuestro carácter, cuando ya de antemano, hemos cultivado una
profunda relación con Él, que nos permite conocerlo y mantenernos firmes
confiados en su amor hasta ver la respuesta sobrenatural que Él siempre nos
dará. Dios nunca llega un minuto adelantado ni un minuto retrasado; Él siempre
llega a tiempo. Tampoco es indiferente, pues siempre está esperando que
recurramos a Él para ayudarnos, fortalecernos y consolarnos, para que
comprendamos que nada puede separados de sus manos, pues aunque lleguen vientos
recios o malas noticias, por encima de todo está su amor incondicional que nos
llevará a experimentar la victoria. Hoy hagamos una lista de aquellas cosas que
creemos que nos impiden ser victoriosos: falta de dinero, mala relación con la
familia, desempleo, enfermedad. Tomemos la decisión de no derrotarnos y creamos
que “somos más que vencedores”, sabiendo que su amor nunca nos faltará.
Nuestra necesidad es buscarle, porque como seres humanos estamos llenos
de debilidades que nos impiden vivir en victoria y nos condenan al fracaso.
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