viernes, 5 de febrero de 2016

MAS QUE VENCEDORES


“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” Romanos 8:37

¿Quién de nosotros quisiera conocer el secreto para triunfar en la vida? Pues bien, esto no es algo inalcanzable para el hijo de Dios. El apóstol Pablo afirma que podemos ser victoriosos porque lo tenemos a Él, el poder más grande que existe, el que creó los cielos y la tierra, el que tiene todo bajo control. Esta fue una enseñanza esencial en la vida de este gran hombre, quien se vio sometido permanentemente a muchas pruebas y dificultades, en medio de las cuales aprendió a confiar plenamente en el Señor, a disfrutar del regalo de su amor y a no dudar, de su cuidado y protección. Él descubrió fruto de una vida de oración y comunión con Dios, que cuando más débil era, cuánto más vulnerable estaba, cuánto más peligrosas eran las circunstancias que lo rodeaban, su Padre celestial, más cerca estaba de él, transformando su debilidad en fortaleza y haciéndolo todo un vencedor.

Esta fue la enseñanza que Jesús transmitió a sus discípulos, luego de que les faltara la fe en medio de la prueba. Desconfiaron de su amor, de su cuidado y protección. Pero la razón de esto, era que no habían definido realmente en sus corazones, quién era Jesús. Tal vez lo consideraban un gran maestro, pero no el Hijo de Dios, y por eso, cuando la tormenta arreció y la barca comenzó a anegarse, temieron por su vida y reclamaron al Señor: “Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?”
Tengamos presente que las pruebas son herramientas usadas por Dios para fortalecer nuestro carácter, cuando ya de antemano, hemos cultivado una profunda relación con Él, que nos permite conocerlo y mantenernos firmes confiados en su amor hasta ver la respuesta sobrenatural que Él siempre nos dará. Dios nunca llega un minuto adelantado ni un minuto retrasado; Él siempre llega a tiempo. Tampoco es indiferente, pues siempre está esperando que recurramos a Él para ayudarnos, fortalecernos y consolarnos, para que comprendamos que nada puede separados de sus manos, pues aunque lleguen vientos recios o malas noticias, por encima de todo está su amor incondicional que nos llevará a experimentar la victoria. Hoy hagamos una lista de aquellas cosas que creemos que nos impiden ser victoriosos: falta de dinero, mala relación con la familia, desempleo, enfermedad. Tomemos la decisión de no derrotarnos y creamos que “somos más que vencedores”, sabiendo que su amor nunca nos faltará.

Nuestra necesidad es buscarle, porque como seres humanos estamos llenos de debilidades que nos impiden vivir en victoria y nos condenan al fracaso.

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