Es la responsabilidad de todos los Cristianos el compartir su fe con los
que Dios pone en sus vidas. La mejor manera de sentar las bases para compartir
el Evangelio es viviendo el Evangelio. Esto significa que, como Cristianos,
nuestra vida cotidiana está allanando el camino y creando la oportunidad para
compartir el poder y la paz de la vida con Jesús. Nuestra vida debe predicar la
santidad, sin exhibir la justicia propia. Nuestra vida debe predicar la
fidelidad, sin mostrar una actitud que dice "yo soy mejor que
tú". Nuestras vidas deben promover
la bondad, incluso mientras que al mismo tiempo promociona la verdad. Nunca
expresamos el amor verdadero hacia un hermano que está en un error o a un
incrédulo que está separado de Dios, por no ser honesto con ellos, acerca de
como se siente Dios, respecto de su condición actual. Eso no es bondad, eso no
es dulzura, eso es simplemente cobardía. Tenemos que ser audaces pero
sensibles, salteando nuestra habla con Gracia para que sepamos cómo hablar a
cada hombre. Debemos instar a tiempo y fuera de tiempo, dispuestos a compartir
nuestra fe en cada oportunidad. ¡Alguien tiene que escuchar y ver la verdad de
Cristo Crucificado de ti, hoy!
Marcos 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a
toda criatura.
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