Dice el profeta Jeremías: "Por
tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí
estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca.
Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos. Y te pondré en este
pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te
vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice
Jehová. Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los
fuertes". Jeremías 15:19-21 Cuando el ser humano se convierte de corazón a
Dios, empieza un proceso de restauración en Él. En esta palabra vemos lo que
hace Dios en nosotros cuando nos convertimos a Él: 1. Restaura nuestra vida:
Esto incluye nuestro hogar, familia o casa; nuestra salud, nuestra economía, y
nuestra vida espiritual. Debemos saber esto: "El único que puede cambiar
al ser humano se llama Jesucristo".
2. Restaura muestras relaciones sociales,
es decir nos rodea de gente digna de nuestra confianza, de gente positiva, sana
y emprendedora. Nos aparta de las malas influencias y de la gente mala y
perversa. Recuerda, un verdadero amigo te edifica, el malo te destruye. Padre
apartanos de todo aquello que nos haga daño.
3. Nos guarda y nos defiende:
"Porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová. Y
te libraré de la mano de los malos, y te redimire de la mano de los
fuertes". Sólo en Dios estamos seguros. Amén. Gracias padre, hoy te pido
que restaures mi vida y mi casa. Reconozco que te necesito todos los días de mi
vida. Ayudame y guarda a mis seres queridos. Amén. ¡Declaro un día de bendición
para todos!
Oremos: Padre nuestro creador del cielo y de la tierra, bendecimos y exaltamos tu santo nombre. Te damos gracias por este nuevo día que nos regalas. Gracias por la vida, la salud y el pan de cada día. Gracias también por cada palabra que nos entregas todos los días, ella es nuestro pan, es nuestro sustento y en ella nos fortalecemos. Hoy quiero pedirte que nos guardes y nos ayudes en nuestras debilidades. Espíritu Santo se tu nuestro compañero en este día. Amado Jesús, gracias por tu cuidado y protección. Gracias Padre. Amén.
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