“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!... Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:4,6-7)
Una de las cosas más difíciles para el ser humano es mantener el entusiasmo
en tiempo de crisis. Sin embargo, pase lo que pase, Dios ha provisto una fuente
de gozo y paz permanente en el corazón de cada hombre y mujer, de tal forma
que en vez de atemorizarse o sucumbir ante las dificultades, adversidades o
inconvenientes de la vida, pueda acercarse más a Dios, y es la oración. Esta
permite que el Omnipotente convierta el problema en una oportunidad para
mostrarnos su gloria, en una ocasión para ejercitar su terapia sanadora en
nuestra vida y seguir plasmando en cada uno de nosotros, sus hijos, el
carácter de Cristo.
La respuesta será una paz sobrenatural, maravillosa que ya no depende
de las circunstancias externas sino de la presencia del Espíritu Santo en
nuestra vida, la cual imprime consuelo, poder y victoria. Permítame
compartirle algunos secretos para mantener el entusiasmo en medio de la crisis:
• Renovar nuestra mente: La Biblia nos enseña con toda sabiduría que,
cual es el pensamiento del hombre en su corazón, tal es él (Proverbios 23:7).
Así que, si quiere recoger buenos frutos, debe sembrar en pensamientos de
bien, de paz, de verdad, de honestidad, de amabilidad, de virtud, de pureza y
de alabanza
• Mantener el espíritu de lucha: La Biblia nos insta a trabajar con
tesón, pues Dios recompensa a los esforzados, valientes y perseverantes
(Gálatas 6:9)
• Tener metas y objetivos claros: No perder de vista la meta a pesar de
las dificultades, pero más allá del objetivo, ver a Cristo quien nos da la
victoria (Hebreos 12:1-2)
• Tener fe en Dios y en nosotros mismos: Esta es la llave que abre toda
puerta y trae todo el poder de lo alto a nuestra vida (Marcos 11:22-24)
• Mantener una actitud alegre y agradecida a pesar de las
circunstancias: Hacer la voluntad de Dios y agradarlo a Él es la mejor
garantía de éxito (1 Tesalonicenses 5:18)
• Orar en vez de preocuparse y angustiarse: El resultado será una paz
sobrenatural y una mente lúcida para tomar sabias decisiones.
• El verdadero gozo es conocer a Cristo Jesús. De esta manera, su vida
permanece resplandeciente con la luz de su presencia.
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