Cada día es un nuevo día en el Señor Jesucristo. Es un nuevo día para la
esperanza. Es un nuevo día para la liberación. Es un nuevo día para la
curación. Lo que yo no había obtenido ayer se puede lograr hoy. Mi fe no se
desvanece. Mi esperanza no se deteriorará. Mis labios no pararán de alabarle.
Mis ojos alguna vez mirarán la promesa de Su venida. No voy a fallar, estar distraído, o desanimarme. A medida que el sol se levanta cada nuevo día, así será mi lugar de confianza en la capacidad de Dios para traerme a través de las
situaciones y sacarme de ellas. El dolor puede venir, pero no se le permitirá
permanecer. El miedo puede ser encontrado, pero no dominará. Yo descanso en Su
mano. Estoy escondido bajo la sombra de Sus alas. La oscuridad puede invadir
pero no se puede negar la presencia de la persona que es la luz y el Lucero de
la Mañana. Yo creo que Él está conmigo. Yo creo que Él está para mí. Yo creo
que Él cuida de mí. Así que me levantaré con la noche a mi espalda y el
nacimiento del Hijo como garantía de la promesa de un Dios que no puede fallar.
Hoy es un nuevo día.
2 Corintios 4:16 - Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro
hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
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