viernes, 18 de marzo de 2016

LA OBEDIENCIA ASEGURA BENDICIÓN

“Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas” (Josué 1:7)

Cuando Josué fue elegido para suceder a Moisés, Dios le prometió que su presencia estaría con él en esta difícil tarea, y no lo dejaría caer frente a ningún enemigo, siempre y cuando le obedeciera incondicionalmente. Josué así lo hizo y logró una de las hazañas más grandes de toda la historia. La obediencia es esencial para caminar con Dios
La obediencia tiene que ver con el  conocimiento que tengamos de la voluntad de Dios y la disposición de nuestro corazón para cumplirla; por eso es necesario que seamos disciplinados y constantes en el estudio de la Palabra de Dios, la cual es nuestra principal fuente del conocimiento de nuestro Padre Dios. Además, que también seamos dóciles en para dejar que Él nos guíe por senderos de paz y seguridad; de lo contrario, quedaremos a expensas de nosotros mismos y esto es muy riesgoso, puesto que todos los seres humanos somos fi  nitos y limitados, frágiles y vulnerables, e incapaces de conocer todas las cosas. Ir por nuestros propios caminos, es andar a ciegas, sin saber lo que nos espera más adelante, como el mismo
Señor lo advierte: “Pero mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí. Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; caminaron en sus propios consejos. !Oh, si me hubiera oído mi pueblo, si en mis caminos hubiera andado Israel!” (Salmo 81:11-13)
Queda claro que cuando decidimos andar en nuestros propios consejos, quedamos a merced de la  insensatez, y esta es camino que conduce a la ruina. Por el contrario, el interés de Dios es que escuchemos y pongamos por obra sus mandamientos justos, sus preceptos puros y sus consejos sabios; en otras palabras, que obedezcamos, que hagamos su santa voluntad, pues este es nuestro único camino a la verdadera felicidad, la que es perdurable e integral, pues abarca todas las áreas de nuestra vida. Tenemos la responsabilidad de tomar como José, la sabia decisión de obedecer a Dios en todo, así aseguraremos también para nuestra familia y personas a nuestro cargo, la bendición y la prosperidad. Si usted siente que tiene muchas debilidades y limitaciones, no se atemorice, crea a Dios y obedezca, pues Él transformará cada una de ellas en fortalezas y oportunidades. Si por el contrario, usted siente que tiene muchas ventajas, quizá, puede ser el más competente en su campo, no se confíe de esto, pues el Señor puede frustrar todo aquello que nos da seguridad, con el único propósito de que aprendamos a caminar tomados de su mano, pues nadie como Él puede cuidar de nosotros.

Tarde o temprano, todo aquello en lo que pudiéramos apoyarnos, va a acabarse o se va a derrumbar y entonces… ¿Qué pasaría con nuestra vida?

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