¡La vida está llena de repentes! Es
asombroso como en un momento estamos viajando emocionalmente en una dirección y
al segundo inmediatamente siguiente algo ocurre para cambiar totalmente nuestro
estado emocional. Es en estos momentos, en los que caemos en pruebas de la vida
de diversos colores, o en los que experimentamos un espiral de sensaciones de
gozo y dolor, en los que la verdadera fe tiene la oportunidad de convertirse en
el gran estabilizador.
Tan patas arriba como la vida puede
estar, no es ninguna coincidencia que la fe esté sólida y segura sobre la roca,
Cristo Jesús. Él ha prometido que cuando el viento venga, o cuando caiga la
lluvia, o cuando el fuego intente quemar, que Él estará ahí para traernos a
través de todo eso de manera segura. Así que incluso cuando mi corazón esté
experimentando un salto mortal de emociones que parecen nunca terminar, mi alma
puede hallar refugio en el conocimiento de que Cristo me cuidará. Él ha
prometido y Él no es hombre para mentir, sino, El Hijo del Hombre Quien me amó
y se entregó a Sí Mismo por mí en el madero en el Calvario. Por lo tanto, estoy
seguro de que cuando las vicisitudes de la vida me tomen por sorpresa, Él
permanece sin preocupación, sin obstáculos, y que completamente puede
satisfacer mi necesidad. ¡Oh la dulce paz que la fe provee!
Isaías 43:2 Cuando pases por las
aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por
el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
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