“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos
en ellas” (Efesios 2:10)
Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, así que
todos poseemos atributos, cualidades, y dones, que por supuesto, vamos
descubriendo en la medida en que nos relacionamos estrechamente con nuestro
Creador, y que nos permitirán dar a conocer su gloria al mundo, y manifestar
su imagen, haciendo sus obras para que el mundo crea en Él. Jamás olvide que
somos el resultado de la atenta, cuidadosa, solícita, íntima, detallada y
creativa obra de Dios. A veces nos creemos buenos o limitados en ciertas áreas
de nuestra vida, pero generalmente cuando nos toca asumir algún reto, algo
para lo cual creíamos no estar preparados, es que nos damos cuenta hasta donde
podemos llegar.Sin embargo, la actitud victoriosa que implica reconocer las
capacidades que se tienen y trabajar duro para fortalecerlas y desarrollarlas
cada día más, depende en buena medida de la autoimagen, es decir, de la
manera como nos veamos a nosotros mismos. Podemos tener los más grandes
talentos, pero el tener una imagen negativa de nosotros mismos, nos impide
ponerlos a funcionar, además que influye poderosamente en la manera como nos
ven los demás. La autoimagen es el parámetro para la consecución de la
excelencia, pues nunca iremos más allá de los límites que marcan nuestros
verdaderos sentimientos acerca de nosotros mismos. Es imprescindible para una
vida plena, con sentido y realización, que creamos lo que Dios nos dice, que
somos su creación preciosa, que Él nos ama, nos aprueba y acepta
incondicionalmente y que tiene un excelente plan diseñado desde la creación
del mundo para que sea cumplido por cada uno de nosotros. La más grande
garantía que tenemos para creer lo anterior se encuentra en la misma Palabra
de Dios que nos reitera que en Cristo, tenemos:-Toda bendición de lo alto-La
elección de Dios para ser sus hijos santos y sin mancha-Una vida totalmente
acepta delante de Dios, para alabanza de su gracia-El perdón de todos nuestros
pecados y la posibilidad de hacer sólo lo bueno, lo justo, lo puro, lo
verdadero-Somos llenos de toda sabiduría e inteligencia-Recibimos una herencia
incorruptible de la cual el Espíritu Santo y su magnífica obra en nosotros es
el sello o garantía¿Ya usted está disfrutando de esta bendición?
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